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martes, 20 de agosto de 2013
Movilidad y desborde en el estreno de Mourinho
El Chelsea de Mourinho se estrenaba en la Premier League ante el ascendido Hull City en un Stanford Bridge que respiraba un aire de nostalgia poco habitual. La llegada del técnico luso inyectó a los aficionados de la ilusión necesaria para verse claros candidatos a todos los títulos esta temporada. Se esperaba mucho de este Chelsea y no defraudó en su estreno. Dos goles fueron necesarios para culminar una media hora de espectáculo en el que sus mediapuntas destacaron por encima de todos con una movilidad poco vista en las últimas temporadas. Con De Bruyne y sin Mata se presentaba un Chelsea que además dejaba fuera de la convocatoria a Azpilicueta y a David Luiz para dar la banda derecha a Ivanovic y el eje de la defensa a Terry y a Cahill.
Desde el minuto 1 el equipo salió muy enchufado al campo y con una gran intensidad tanto con balón como sin él. En estos tres aspectos se cimentó su victoria:
La salida de balón:
Uno de los mayores problemas que ha tenido el Chelsea en los últimos años ha sido la salida de balón ante la inexistencia de mediocentros con esa capacidad. Este año tampoco ha llegado ese medio, pero utilizando un mecanismo que ya usaron Di Matteo y Benítez consiguió solucionar momentáneamente el problema. Lo que hacía el Chelsea en anteriores ocasiones era bajar a Mata al medio para dar mayor fluidez a la circulación de balón, pero lo que el domingo introdujo Mourinho fue una mayor rapidez en el pase y un mayor número de movimientos por toda la zona central. De Bruyne fue el encargado de bajar en más ocasiones a recibir, sobre la banda derecha. Con su movimiento tenía varias líneas de pase, siempre avanzando metros: Ivanovic doblándole sobre la banda, Oscar desmarcándose sobre ese flanco o Ramires o Lampard ocupando la zona central que dejaba libre el brasileño. Y es que buena culpa de este éxito fueron las incorporaciones de los mediocentros al ataque, alternándose y sorprendiendo desde atrás para generar superioridad entre líneas.
La movilidad en la mediapunta:
Una vez sacado el balón jugado sin problemas llegaba el momento de hacerlo circular entre líneas y buscar la profundidad necesaria para acabar la jugada. En este punto es en el que se ve más clara la movilidad de todos los hombres de ataque: desde los mediocentros hasta Torres. Oscar alternó sus trabajos bajando a recibir y cambiando la posición con Lampard con sus asociaciones con Torres que le plantaban ante el portero. Hazard dejaba toda la banda, al igual que De Bruyne, para los laterales y se venía al centro para combinar con velocidad con sus compañeros y buscar el desmarque o el disparo desde fuera del área. Las jugadas debían ser finalizadas y cuanto antes mejor. La rapidez que imponían los mediapuntas se contrarrestó con la calma de un Torres que en lugar de buscar desmarques de cara a portería fue solidario con el equipo y se sumó a los cambios de posición para dejar su lugar a una llegada desde segunda línea que sorprendiera a la defensa. Sus caídas sobre la banda izquierda o bajadas al centro a recibir permitieron a Hazard y sobre todo a Oscar situarse mano a mano con el portero. Así llegó el primer gol, obra del brasileño.
La intensidad en defensa:
Pero si por algo destacan estos planteamientos es por una gran intensidad en la recuperación, en la que participa todo el equipo y son claves los cuatro defensores. Las subidas de Ramires o de Lampard dejaban un espacio respecto a los centrales que de no haber sido por el trabajo de estos últimos podría haber puesto en apuros a un Cech que apenas sufrió. Si bien es cierto que la pólvora del Hull City se limita únicamente a la presencia de Graham arriba y a las diagonales de Sagbo los centrales no se confiaron y fueron muy contundentes en sus acciones. La defensa del Chelsea se situó en el centro del campo y en lugar de recular en las salidas a la contra del Hull salían sobre los delanteros buscando la recuperación rápida y volver a iniciar la jugada. Quienes tampoco recularon fueron los laterales que salieron sobre las recepciones en banda de los extremos.Quien mas sufrió fue Ashley Cole ante la velocidad de Aluko, pero las ayudas también funcionaron.
Estas son las primeras credenciales de Mourinho al frente del Chelsea, ni mucho menos definitivas y que irán evolucionando mañana ante el Aston Villa y sobre todo la próxima semana en la que se enfrentará al Manchester United y al Bayern Munich.
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