miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tite le ganó la partida a Benítez

El Corinthians conquistó el Mundial de Clubes tras ganar al Chelsea en el Toyota Stadium gracias al gol del peruano Paolo Guerrero en el minuto 68.

Doce años después de coronarse como campeón del mundo venciendo al Vasco da Gama el Corinthians ha conseguido su segundo entrochado tras imponerse al Chelsea en un encuentro muy disputado, con mucha intensidad, una intensidad que ha sido la base sobre la que creció el cuadro brasileño. Desde el año 2006 cuando Internacional de Porto Alegre sorprendió en la final al Barcelona no se había dado el hecho de que un equipo perteneciente a la Conmebol se hiciera con el título. Liderados por Guerrero, Paulinho y Cassio y dirigidos en el banquillo por Tite el Corinthians ha conseguido un logro poco esperado hace un par de semanas cuando arrancaba el torneo. El Chelsea, por su parte, se despide de Japón con una gran decepción, ya que una de las premisas para consolidar el proyecto de Benítez era conseguir este título.

El Corinthians llegaba a la final después de conseguir una victoria poco brillante, pero sólida ante un Al Alhy que apenas creó peligro. El Chelsea, por el contrario, llegaba después de ganar con más facilidad de la esperada a Monterrey, mostrando una de las mejores imágenes de la temporada.

SC Corinthians Paulista 4-2-3-1 football formationChelsea 4-2-3-1 football formation

Tite salió con el 4-2-3-1 habitual en el que solo cambió a Douglas por Jorge Henrique respecto al once mostrado en semifinales. Benítez, por su parte, también salió con un 4-2-3-1 en el que realizó más cambios respecto al partido anterior. En defensa David Luiz apareció en el eje junto a Cahill, por lo que Ivanovic tuvo que caer sobre la banda derecha en detrimento de Azpilicueta. En el centro del campo Lampard y Ramires ocuparon los puestos en los que jugaron David Luiz y Obi Mikel. En la línea de tres cuartos la novedad fue la entrada de Victor Moses en lugar de Oscar. Desde el principio ya se podían distinguir cuáles iban a ser las claves de esta final: el Chelsea buscaba plantear el juego, aunque sin arriesgar lo más mínimo y el Corinthians buscaba la recuperación para salir a la contra aprovechando la velocidad de los hombres de arriba. Por ocasiones el Chelsea salió vencedor, aunque la sensación que daba el encuentro era que el Corinthians tenía el dominio ante los graves problemas del Chelsea en salida de balón. El Corinthians en este primer tiempo buscó las acciones personales de Danilo y de Jorge Henrique por bandas dejando la zona central para las llegadas de Guerrero, Emerson y Paulinho. El trabajo del delantero peruano no se ciñó únicamente a rematar los centros laterales, sino que fue el principal elemento diferenciador del cuadro brasileño durante el primer tiempo, con constantes caídas a banda que hacían sufrir a los centrales ingleses. Las ocasiones no llegaban, pero la batalla en el centro del campo cada vez fue decantándose de parte del Corinthians.



El mal endémico del Chelsea no es ni mucho menos su técnico y es que la inexistencia de un mediocentro creador estuvo con Di Matteo y está ahora con Benítez. Por primera vez el técnico español se decidió a realizar una prueba que será muy importante para el próximo mes de competición en el Chelsea, jugar sin un pivote fijo. La lesión de Oriol Romeu y la marcha a la Copa África de Obi Mikel hacen que el tecnico español vea reducida la nómina de centrocampistas durante el mes de enero. Ante Corinthians se decantó por Ramires y Lampard en el doble pivote, con el brasileño como medio más fijo, mientras que Lampard, como buen llegador, estuvo más tiempo cerca del área que cerca de Ramires. Corinthians tenía a un compatriota de Ramires, con cualidades muy semejantes, por lo que Tite lo aprovechó para cerrar la vía de salida del brasileño. El despliegue físico de Paulinho a lo largo del encuentro fue brutal en varias fases del juego, en esta presión fue su primera gran actuación. Al impedir la recepción de Ramires Luiz y Cahill se veían obligados a salir en largo sobre Torres. Desde la mediapunta Mata y Hazard bajaban para mejorar la fluidez del movimiento del balón, pero el buen trabajo de Ralf por detrás de Paulinho y las constantes ayudas de los extremos impidieron al Chelsea avanzar metros con regularidad de la mano de sus dos mediapuntas más técnicos. Como tercera vía quedó la de Victor Moses, que sin dar un gran resultado, permitió al Chelsea poder llegar al área y probar a un Cassio que rindió a un nivel excepcional. El Chelsea se acercaba por medio de chispazos de sus hombres de arriba, pero en ningún momento fue capaz de situarse en campo contrario para comenzar a buscar espacios. Las ocasiones llegaron, pero no el juego.

La segunda parte comenzó con un guión distinto al de la primera, y es que el Corinthians se hizo con el balón y, aprovechando la debilidad defensiva del Chelsea, se fue a por el partido.



A partir de la presión realizada durante la primera parte el Corinthians fue capaz de recuperar el balón y establecerse con regularidad en campo contrario. La figura de Paulinho tomó importancia en un segundo rol: dominador del centro del campo. Partía desde el mediocentro junto a Ralf, y acababa llegando al área a la altura de Emerson. Pero a parte de su movilidad y llegada la calidad para servir balones a los extremos fue clave para abrir espacios en la defensa londinense. Emerson también dejó su lugar en el centro y comenzó a caer sobre la banda derecha, intercambiando su posición con Danilo. Arriba Guerrero tenía plena libertad para moverse por donde quisiera. Jorge Henrique, por banda izquierda, quedó más estático, realizando un doble trabajo: equilibrador en defensa y profundizador en ataque. Los laterales no subían con mucha regularidad aunque Fabio Santos dejó verse durante algunos momentos de esta segunda parte. Este sistema ofensivo permitía al Chelsea lanzar rápidamente unas contras que cerca estuvieron de acabar en gol, pero Cassio de nuevo respondió con nota. El tiempo pasaba y el dominio brasileño era cada vez mayor, pero las ocasiones se limitaban a disparos desde fuera del área, que únicamente provocaban algún susto de poca importancia a la defensa del Chelsea. A los 69 minutos este dominio se materializó en gol gracias a un remate de Guerrero al aprovechar un rechace en el área. El Corinthians había encontrado el gol y durante los siguientes veinte minutos debía limitarse a hacer lo realizado en el primer tiempo.

El Chelsea apenas tuvo reacción y es que si el centro del campo no existió en la primera parte, en esta segunda ni apareció y el balón colgado al área se convirtió en la tendencia de estos últimos minutos de partido. Benítez se decidió a dar entrada en el minuto 73 a Oscar en lugar de Victor Moses, pero la inexistencia de juego entre líneas impidió que este cambio tuviera buen resultado. Con claras intenciones de colgar balones Azpilicueta entró en lugar de Ivanovic, en el minuto 83. El español se situó como carrilero derecho, dejando el centro para Mata y Oscar. La entrada del ex del Osasuna sí hizo que estos centros laterales tuvieran más sentido y Torres estuvo cerca de empatar el partido, pero se encontró con Cassio. En el 87 Benítez agotó los cambios dando entrada a Marko Marin en lugar de Hazard. En ese momento Tite decidió realizar su primera sustitución para dar entrada a Martínez en lugar de Guerrero. El último cambio que realizó fue la entrada de Wallace en lugar de Emerson, para asegurar la defensa ante la cantidad de balones aéreos que llegaban al área brasileño. Un gol anulado a Torres y un remate al palo de Mata fueron los últimos coletazos que dio un partido que en su tiempo de descuento vio como Cahill era expulsado.

Con este triunfo el Corinthians se hace con el título por segunda vez igualando al Barcelona como equipo con más títulos mundialistas.

Cassio fue elegido mejor jugador del torneo, seguido por David Luiz y Guerrero. El premio al juego limpio fue este año para Monterrey.

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