De ser el asistente del delantero o el encargado de cerrar la jugada a ser el sostén defensivo del centro del campo. Arteta y Allen, por distintos motivos, llevan caminos paralelos en Arsenal y Liverpool. La marcha de Song del club gunner y la lesión de Leiva en los reds les han obligado a actuar como mediocentros más defensivos aprovechando el carácter ofensivo de sus equipos. Tanto Wenger como Rodgers intentan inculcar la filosofía de tener la posesión de balón, para lo que es necesario tener una salida limpia de balón desde atrás, lo que Arteta y Allen hacen con calidad y seguridad. Ante la imposibilidad de contratar un medio defensivo en el Arsenal y ante la lesión de Leiva y la marcha de Spearing ambos técnicos se han visto obligados a confiar el equilibrio en el centro del campo a sus hombres creadores, respondiéndoles hasta el momento de manera excepcional. Sus buenas visiones de juego en ataque les hacen anticiparse a los mediapuntas en defensa.
Mikel Arteta cumple su segunda temporada en el Arsenal con el puesto en el once totalmente asegurado. Comenzó la temporada pasada con dudas sobre su titularidad en el momento en el que se recuperara Wilshere, algo que hasta el momento no ha sucedido y que le hizo entrar en el once con mucha asiduidad. Con Song actuó en el doble pivote siendo el encargado de crear juego y de asociarse con Ramsey o Rosicky, los dueños de la mediapunta. Esta temporada la marcha de Song, la llegada de Cazorla y la recuperación definitiva de Diaby le hacen ser el único jugador que mantiene el puesto en el centro del campo, aunque su posición es totalmente distinta. Actúa como hombre fijo en el centro del campo, encargándose de equilibrar defensivamente al equipo y de ofrecer una salida de balón buena desde atrás. Diaby aprovecha su despliegue físico para partir desde el centro del campo en las jugadas ofensivas y acabar al borde del área buscando una asistencia o rematar una jugada llegando desde atrás. En defensa se sitúa en paralelo a Arteta. En el mediapunta Cazorla es el encargado de desequilibrar el juego por dentro con su movilidad y su visión de juego para aprovechar los desmarques de Giroud o las diagonales de Podolski.
Joe Allen llega a Liverpool de la mano de su gran valedor la pasada temporada en el Swansea, Brendan Rodgers. Más de dieciséis millones de euros invirtió el Liverpool en un jugador joven que no está actuando en su posición más idónea. En principio llegaba para ser el líder del centro del campo red en ataque, pero la baja de Lucas Leiva le ha obligado a actuar como mediocentro más defensivo. Con Sahin y Gerrard forman un centro del campo ideal para desplegar el juego que intenta instaurar Rodgers en Anfield. Solo ha disputado dos partidos como medio más defensivo dejando buenas sensaciones en ambos, si bien es cierto que es pronto para evaluar su rendimiento en esa posición con tan pocos partidos. De momento está mostrando una buena capacidad defensiva en el robo de balón sobre mediapuntas y una gran seguridad en la salida de balón, en la que apenas erra el pase. Sahin es el que actuó más cerca de él en el partido ante el Arsenal estando el turco mucho más liberado de tareas defensivas, aunque no se incorporó con mucha asiduidad al ataque. Gerrard es el encargado de incorporarse aprovechando las dejadas de Luis Suárez para llegar desde segunda línea o para combinar con los extremos. Allen ha pasado de actuar de mediapunta en el Swansea con Britton y Agustien en el mediocentro o de medio creador con Britton cubriéndole las espaldas a actuar como medio más retrasado. La experiencia vivida este verano en los Juegos Olímpicos con la selección de Gran Bretaña, con la que también actuó como medio más defensivo, le ha debido servir para su nueva etapa en Anfield.
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