En el Santiago Bernabéu Real Madrid y Manchester City abrían la fase de grupos de la Champions con el que quizás sea el mejor partido de esta ronda. El Madrid llegaba con la necesidad de conseguir buenos resultados tras un inicio de temporada muy discreto. El Manchester City buscaba un buen resultado que le hiciera encarrilar la clasificación. Mourinho salió con un 4-3-3 en el que Essien actuó como titular en el trivote junto a Xabi Alonso y Khedira. En defensa Varane entró en lugar de Ramos e Higuaín actuó como titular en la delantera por segundo partido consecutivo. Mancini, por su parte, salió con un 4-2-3-1 en el que Javi García y Barry formaron el doble pivote, dejando la mediapunta para Touré Yayá. En defensa Nastasic entró en lugar de Lescott. El partido comenzó, como era esperado, con un claro dominio blanco. La situación de Essien y Khedira permitía al Real Madrid comenzar la presión muy arriba impidiendo al Manchester City salir desde atrás. La salida madridista era realizada por Alonso buscando un pase largo sobre Ronaldo o Di María para realizar una diagonal hacia adentro para disparar desde fuera del área o para centrar hacia Higuaín o hacia las llegadas de Khedira de segunda línea, mucho más presente en ataque al estar Essien cubriéndole la espalda. Hart fue el salvador del City en estos primeros minutos salvando los disparos lejanos de un Ronaldo muy participativo en el juego. El sistema de ataque del equipo inglés estaba basado en buscar contras aprovechando la velocidad y la fortaleza de Touré Yayá y la calidad en tres cuartos de Silva, Tévez y Nasri. En defensa Javi García y Barry eran los encargados de mantener la solidez y el equilibrio en el centro del campo, siendo el centrocampista español el más estático de los dos. En la zaga Kompany fue clave en las ayudas a un Maicon completamente desbordado por Ronaldo en cada jugada. Aunque el dominio era madridista tampoco arriesgaba en exceso la posesión del balón, por lo que los últimos minutos de la primera parte se convirtieron en un tanteo constante entre los dos equipos. En el minuto 37 Mancini se vio obligado a realizar el primer cambio del partido ante la lesión de Nasri, dando entrada a Kolarov. El descanso llegó con un empate que sabía a poco al conjunto madridista.
La segunda parte comenzó con una tónica similar a como acabó la primera, siendo el Madrid el dominador del partido. En estos primeros minutos comenzó a surgir la figura de un hombre clave en estos segundo cuarenta y cinco minutos, la de Marcelo. El lateral brasileño entró mucho más en juego, doblando a Ronaldo por banda y decidiendo las jugadas ante la imposibilidad de seguir avanzando más metros. El City en estos primeros minutos continuó confiando más que nunca en las conducciones individuales a la contra de Touré Yayá. A los 63 minutos Mancini realizó el segundo cambio dando entrada a Dzeko en lugar de Silva, con lo que Tévez pasó a jugar en banda derecha. La presencia del delantero bosnio permitió al City jugar mucho más directo sobre él para aprovechar su gran envergadura. Mourinho también dio un paso al frente dando entrada a Ozil en lugar de Essien. Con este cambio el Real Madrid volvió a jugar con el 4-2-3-1 habitual en el que Xabi Alonso y Khedira conformaron el doble pivote. El paso adelante del Madrid en ataque fue aprovechado rápidamente por el Manchester City que se adelantaba a los 68 por medio de Dzeko después de una gran acción individual de Touré Yayá. Con este gol aparecieron en el Bernabéu los fantasmas de partidos anteriores y Mourinho decidió jugársela dando entrada a Modric y a Benzema en lugar de Khedira e Higuaín respectivamente. Mancini, por su parte, también agotó los cambios con la entrada de Zabaleta en lugar de Maicon. El cuadro blanco mejoró con estos cambios. La entrada de Modric facilitó la salida de balón y la de Ozil permitió a Di María moverse con más libertad por la mediapunta. A los 76 minutos Marcelo volvió a lanzar desde fuera del área y esta vez encontró portería. El Bernabéu volvía a rugir con el empate. El Manchester City no se iba a conformar con este resultado y sin arriesgar en exceso fue avanzando metros poco a poco en su juego, hasta que en el minuto 85 una falta de Kolarov le pusiera de nuevo por delante. El Madrid no se vino abajo y dos minutos después Benzema anotó después de un reverso sobre Nastasic. El partido estaba en plena ebullición y el Bernabéu era el de las grandes citas europeas, completamente volcado con su equipo. En el minuto 90 un disparo de Cristiano Ronaldo desató la euforia definitiva del equipo, de Mournho y de la afición con una remontada espectacular en los últimos cinco minutos de partido. Una victoria que da alas al Madrid después de un decepcionante comienzo de temporada. El Manchester City cedió una victoria que tenía prácticamente en el bolsillo a cinco minutos del final, el que hubiera sido un excesivo premio para el planteamiento tan conservador presentado por Mancini. El Real Madrid se sitúa en lo más alto del grupo empatado con el Borussia Dortmund que ganó 1-0 al Ajax.
En Stanford Bridge Chelsea y Juventus se estrenaban en esta Champions por todo lo alto. El Chelsea comenzaba el camino para repetir el triunfo de la pasada temporada, mientras que la Juventus volvía a la máxima competición europea a nivel de clubes dos años después. Di Matteo salió con su habitual 4-2-3-1 en el que Oscar entró en lugar de Mata. La presencia del mediapunta brasileño obligó a Hazard a escorarse a la banda izquierda. Carrera, por su parte, utilizó el 3-5-2 habitual en él en el que Giovinco y Vucinic actuaron en la delantera. El partido comenzó con un dominio alterno que se extendió hasta bien entrada la primera parte. Ambos equipos conocían de la importancia de comenzar puntuando y a pesar de tener la intención de atacar no estuvieron por la labor de conceder espacios al rival. En esta tesitura la salida en largo fue la más utilizada por los dos equipos. El Chelsea alternó esta salida en largo sobre Torres con una lateral en la que Ashley Cole facilitaba la llegada del balón a Hazard para comenzar a crear peligro a partir de ahí, combinando al centro con Oscar o buscando el pase en profundidad hacia Torres. La salida juventina se produjo sobre un Vucinic que jugó todo el partido al límite del fuera de juego, buscando en cualquier ocasión la espalda a la defensa. Por detrás suya actuaba Giovinco, en un contexto muy complicado para que pudiera brillar ante los problemas para controlar el dominio del balón. En el centro del campo las figuras de Marchisio y Vidal comenzaron a crecer, para acabar siendo los líderes del equipo. El centrocampista italiano se aprovechó del juego directo de los primeros minutos para llegar al área desde segunda línea. En la segunda parte, cuando su equipo buscó el empate se convirtió en el principal socio de Pirlo para crear juego. Vidal, por su parte, brilló en este escenario de constantes alternativas y de pérdidas en salida de balón. De su despliegue físico, comenzando la jugada junto a Pirlo y acabándola en el área, se aprovechó la Juve para crear peligro a la portería de Cech en estos primeros minutos. Conforme avanzaba la primera parte el Chelsea fue haciéndose dominador del encuentro consiguiendo el control de una parcela central en la que comenzó a brillar Oscar. El joven brasileño dispuso en este partido de su primera gran oportunidad al frente del Chelsea y la aprovechó de manera excepcional. A los 31 minutos aprovechó un error en la marca juventina al permitirle recibir completamente solo en la zona de tres cuartos para batir a Buffon con un disparo desde fuera del área. En el 33 en una jugada similar aunque de más mérito para el jugador brasileño anotó el segundo gol con otro disparo que superó por alto a Buffon. La Juventus intentó reaccionar presionando la salida de balón del equipo londinense. En una de las primeras presiones llegó el 2-1 obra de Vidal en el minuto 38 con un disparo lejano al que no pudo llegar Cech. Desde este punto al descanso no hubo más goles aunque sí un dominio cada vez más claro de la Juventus.
La segunda parte comenzó con el dominio alterno de la primera, con un Chelsea que no quería cerrarse en exceso atrás a sabiendas que el partido se le podía hacer muy largo. Sin grandes elaboraciones en el centro del campo el cuadro de Di Matteo consiguió llegar en varias ocasiones a la zona de tres cuartos en las que buscó el lanzamiento lejano para poder batir a Buffon. La Juventus intentaba llegar arriba con mayor facilidad ante los problemas de Pirlo para salir jugando debido al trabajo defensivo de Oscar. De nuevo la salida sobre Vucinic y alguna conducción individual de Vidal por dentro o de Lichtsteiner por fuera fueron las opciones más utilizadas. El tiempo pasaba y las ocasiones sobre la meta de Cech no llegaban. Poco a poco el cansancio hizo mella en Oscar y Pirlo cada vez pudo aparecer más liberado en la base de la jugada. A partir del primer pase de Pirlo Marchisio comenzó a conectarse actuando como eslabón entre el pivote italiano y los jugadores que ocupaban la mediapunta como Vidal o Giovinco. Hasta el minuto 69 no llegaron los primeros cambios y fue Di Matteo el primero en hacerlos. Bertrand y Mata entraron en lugar de Ramires y de Oscar respectivamente, por lo que Hazard pasó a jugar en banda derecha, pero las intenciones del Chelsea apenas sufrieron cambios. Carrera apostó por meter más pólvora arriba y dio entrada a Quagliarella en lugar de Giovinco para que junto con Vucinic buscaran encontrar la espalda a la defensa en un duelo dos contra dos que resultó decisivo. En el minuto 77 Isla entró en lugar de Lichtsteiner. Tres minutos después el recién entrada al campo, Quagliarella, puso el empate después de una jugada en la que ganó la espalda a David Luiz. Anotó el segundo y definitivo gol que cerró el partido con un empate justo en un partido en el que ninguno de los dos equipos fue superior al contrario. El técnico de la Juventus tuvo tiempo para dar entrada a Matri en lugar de Vucinic, pero el marcador ya no cambiaría al conformarse ambos equipos con el empate. Con este resultado Juventus y Chelsea son segundos y terceros con un punto, a dos del líder, el Shakhtar Donetsk.
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