Manchester United y Milán se hicieron con la supercopa de su país tras vencer a sus vecinos City y Inter respectivamente. Más que el título en sí significa un importante golpe de efecto. El Manchester y el Milan habían vencido sus campeonatos la temporada pasada pero este año el reto se complicaba por las pocas incorporaciones de ambos y los cambios en sus rivales. El City había fichado, como cada verano, a golpe de talón. El Inter no se había reforzado tanto pero la llegada de Gasperini al cargo y su cambio táctico de jugar con tan solo tres defensas hacía presagiar que este Inter sería más peligroso que el de la pasada temporada.
Para comenzar por orden cronológico, analizaremos el derbi milanés. Como empieza a ser tradición en el mítico Nido de Pekín. En el Milan apenas había novedades en el once respecto a la temporada pasada. A destacar la no inclusión de Pato en la alineación por la cercanía con la Copa América. En el Inter Ricky Álvarez y Obi debutaron como titulares con los nerazzurri. Partido muy trabado a la vez que abierto sin un claro dominador. Poca creatividad en centro del campo. Sneijder y Seedorf desaparecidos. Aparecían en escena los Motta, Gattuso, Van Bommel y Stankovic para mover el balón. A los 20 minutos de encuentro la primera ocasión que tuvo el Inter la solventó Sneijder con un disparo de faltapor toda la escuadra a la que Abbiati no consiguió llegar. A partir de ahí el Milán llevó el ritmo del encuentro pero sin llegar a impacientar a Julio César en ningún momento.
En la segunda parte el Inter se replegó en exceso. Zanetti retrasó su posición para convertirse en lateral derecho. Pato entraba por un desaparecido Robinho y a partir de ahí vino la remontada. El Inter pecó de conformista y el Milán les pasó por encima. Sin gran juego, sin jugadas espectaculares y preciosistas. Simplemente es lo que tiene este equipo. Tiene algo que les hace reaccionar en nada, sin saber cómo en cuanto le das una mínima opción. Ibrahimovic empató el encuentro tras un centro de Seedorf empató el encuentro. Poco después Prince Boateng anotaba tras un disparo al palo de Pato. A partir de ahí en el Inter entraron Castaignos y Pazzini para cambiar el partido, pero eso ya fue imposible.
En Inglaterra el partido llevó la misma dinámica 3-2 también con remontada. Ferguson nos sorprendía con la entrada de Welbeck y la de Smalling en el lateral derecho. El City presentó un 4-3-3 con Milner llevando el peso del equipo en el centro del campo, Silva apareciendo entre líneas y Balotelli sobre la banda izquierda.
Partido muy trabado en la primera parte. El City no quería el balón y el United lo tenía pero no sabía que hacer con él. Con Carrick, como siempre, desaparecido en labores ofensivas y con Anderson inexistente el balón no le llegaba a Rooney y por tanto los red devils no creaban peligro a la meta de Joe Hart. El City se adelantó por medio de Lesott a la salida de un córner. Poco después, cuando rondaba el descanso Dzeko batía a De Gea con un durísimo disparo entre la pasividad de la defensa del United.
En la segunda parte Ferguson cambió la pareja de centrales y dio entrada a Evans y a Jones, pero sobre todo el cambio que cambió el encuentro fue la salida de Carrick y la entrada del internacional sub21 Cleverley. A partir de ahí el United empezó a carburar y en un cuarto de hora espectacular consiguió empatar el encuentro. Smalling anotaba el 2-1 a la salida de una falta y poco después Nani anotaba el empate tras una gran triangulación con Rooney y Cleverley. A partir de ahí el nivel del United bajó y el City tuvo opciones del tercero pero estaba claro que ambos se conformaban con los penaltis. Se conformaban hasta que la defensa del United despejaba de forma poco ortodoxa un córner, Clichy y Kompany no se entendieron y Nani les robó la cartera y definió con una gran sutileza para dar al United el primer título de la temporada.
Dos victorias con dos remontadas en ambas creo que tanto Gasperini como sobre todo Mancini son los grandes perjudicados.
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