viernes, 2 de marzo de 2012

El Liverpool por fin muerde un trofeo



Seis años hacía que el Liverpool ganó la final de la FA Cup en Cardiff frente al West Ham. Desde entonces una sequía raramente explicable para sus seguidores muy poco acostumbrados a vivir sin triunfos se había apoderado de los reds. En estos años el Liverpool ha pasado de ganar una Champions a no entrar en Europa, un puesto que con este triunfo se asegura para la próxima temporada. Por otro lado estaba el Cardiff. Un segunda división llegaba a Wembley con la intención de hacer historia y completar una Carling en la que bien es cierto tan solo se había enfrentado a un rival Premier como era el Blackburn.

Cardiff City 4-2-3-1 football formation Liverpool 4-4-2 football formation

El Cardiff salió a Wembley con un 4-2-3-1 bastante replegado, ya que Mason y Cowie en fase defensiva se situaban a la altura de los mediocentros, Miller actuaba de mediapunta y era el primero en comenzar la presión a la salida de balón del Liverpool y Gestede se situaba arriba exento de labores defensivas. En el Liverpool destacaba la decisión de Dalglish de poner a Carroll y Suárez arriba relegando, sorprendentemente, a Kuyt al banquillo. El Liverpool salió con el dominio del juego aunque sin tenerlo controlado en ningún momento. Comenzó mejor y prueba de ello es el disparo de Johnson al larguero en lo que podía haber sido el primer gol, para los reds. Pero por lo demás el juego en la primera parte fue bastante plano. Abusó en exceso del balón largo sobre Carroll sin crear nada de juego. Las acciones del Liverpool solían ser balones a Downing que subía toda la banda para buscar el centro sobre Carroll algo con lo que apenas crearon peligro al cuadro galés. El juego era muy rápido y directo, de hecho Jose Enrique casi nunca dobló por banda a Downing para conseguir una superioridad que les permitiera llegar al área con más claridad. Por la otra banda el caos era mayor. Henderson, cada día más desdibujado, no aportó nada al juego del Liverpool y tan solo creaban peligro con alguna subida esporádica de Glen Johnson. El Cardiff por su parte aguantaba las acometidas del Liverpool sin sufrir en exceso buscando la contra para crear peligro. Eran contras bastante bien organizadas saliendo desde atrás mediante combinaciones, y de hecho en una jugada así llegó el primero en el minuto 18 por medio de Mason.

En la segunda parte el Liverpool salió con intenciones más ofensivas, combinando más en el centro del campo aunque al final en la mayoría de casos tuvieran que optar por jugar balones por alto sobre Carroll. Adam comenzó a dar mejor salida de balón, por lo que Gerrard recibía más arriba y con más opciones de realizar pases más desequilibrantes que los que venía haciendo a lo largo del partido. El problema llegaba con Luis Suárez. El uruguayo no aparecía con regularidad y cuando lo hacía para nada era determinante. El Cardiff, menos que en la primera parte, seguía fiando sus opciones a la contra aprovechando pérdidas del Liverpool en el centro del campo. Skrtel, a la salida de un córner ponía el empate al aprovechar un rechace dentro del área. Estaba claro que era la única manera en la que podía llegar el gol de los de Dalglish.  La entrada de Bellamy en lugar de Henderson  mejoró a los reds. Imprimió más carácter al equipo saliéndose de su zona de acción para iniciar, en algunas ocasiones la salida de balón. Con ese resultado se llegaba a la prórroga.

El Liverpool quiso aprovechar la experiencia de sus jugadores en este tipo de situaciones para comenzar metiendo miedo. Luis Suárez tuvo el segundo con un disparo fuera, pero estaba claro que no iba a ser el día del ex del Ajax. El Cardiff tuvo en el primer cuarto de hora la calma necesaria para mantener el resultado y ponerlo en peligro lo menos posible. Carroll a la salida de un córner estuvo a punto de adelantar al Liverpool cuando se acercaba el descanso. El segundo cuarto de hora fue una auténtica locura. Salió Kuyt en lugar de Carroll y dio al equipo la chispa que le faltaba debido al cansancio de los 105 minutos que llevaban disputados. Se situó en la mediapunta ofreciendo asociaciones interesantes y sobre todo aportando una presión a la salida de los galeses que ningún otro jugador del Liverpool era capaz de realizar a esas alturas de partido. El holandés fue el encargado de poner el 2-1 con un disparo casi desde el suelo al aprovechar un rechace a otro disparo suyo. El Cardiff no se vino abajo y a balón parado creó todo el peligro. A cinco minutos del final Kuyt salvó bajo palos un remate a la salida de un córner. En la posterior jugada, y tras varias carambolas Turner ponía el definitivo 2-2 que nos llevaba a la tanda de penalti.



Gerrard comenzó lanzando los penaltis con un disparo parado por Heaton. Miller podía poner con ventaja al Cardiff pero su disparo se marchó al palo. Adam quiso unirse a la fiesta y mandó su disparo a las nubes. Fue, por fin, Cowie el que anotó el primer penalti que ponía a los galeses con ventaja. Kuyt culminó su gran partido anotando su penalti. Gestede con un disparo al palo echó por tierra la ventaja que tenía su equipo. Downing y Whittingham anotaron sus penaltis para llegar al quinto con empate a 2. Glen Johnson no falló y puso por delante a los reds. Anthony Gerrard lo mandó fuera y dio al Liverpool su primer título después de seis años de sequía.

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