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viernes, 11 de mayo de 2012
Europa League 2011-2012: Final
Lo volvió a hacer. Si hace un par de temporadas el Atlético de Madrid rompía una racha de catorce años sin lograr un título ganando la primera edición de la rebautizada Europa League, tan solo dos años después lo ha vuelto a lograr. Esta vez los Falcao, Diego, Adrián o Courtois han hecho lo que en su día lograron jugadores como Forlán, Agüero, Simao o De Gea. En esa ocasión Quique Sánchez Flores fue el artífice de la victoria desde el banquillo, que, al igual que Simeone ocupó el cargo como técnico rojiblanco una vez comenzada la temporada.
La final se iba a disputar en un contexto muy estimulante para cualquier aficionado al fútbol. Atlético y Athletic representaban con su presencia en la final el poderío del fútbol español. Dos estilos contrapuestos, uno de presión, intensidad y garra optando en muchos encuentros por jugar a la contra como el madrileño y otro de juego asociativo, buscando la victoria a través de la posesión de balón como el bilbaíno.
El duelo Bielsa- Simeone en los banquillos también se presentaba apasionante, alumno contra maestro, ambos de la misma escuela.
Los onces iniciales fueron los esperados. Simeone salió con su habitual 4-2-3-1 en el que la entrada de Diego por dentro relegando a Adrián a la banda fue la principal novedad. Bielsa repitió el 4-3-3 con el que viene jugando toda la temporada.
Desde el principio del encuentro ya pudimos imaginarnos cuál iba a ser su tónica habitual, un Athletic que quería salir jugando desde atrás y un Atlético que no se lo iba a permitir. El factor Iturraspe fue clave en el transcurso de la final por dos aspectos. Primero no bajó a recibir entre centrales ni a buscar salida escorado hacia la banda, estuvo situado entre Falcao y Diego. El otro factor fue la buena presión del Atlético que no le permitió recibir cómodo en ningún momento y le imposibilitó la capacidad de elegir el pase más adecuado propiciando pérdidas importantes en el centro del campo. Debido a esto la salida de balón debía ser realizada por los centrales. Javi Martínez era el primero en intentarlo, pero si no tenía espacios para recorrer metros optaban por la salida por medio de Amorebieta. En los primeros minutos buscó a Llorente por medio de balones largos para buscar segundas jugadas, pero debido al buen trabajo realizado por Miranda y, sobre todo, por Godín esta vía de salida también quedó desactivada. Por lo tanto la salida por medio de los laterales era la única opción que le quedaba al equipo de Bielsa. Iraola era el más utilizado para realizarla, pero cada salida se hacía cada vez más complicada y cada vez más con más peligro. La buena situación táctica del centro del campo del Atlético impedía recibir a De Marcos y a Muniain en posiciones ventajosas entre líneas, Ander optó por quedarse más atrás, por si podía realizar alguna salida por dentro. Este caos en la salida de balón propició multitud de pérdidas que el cuadro de Simeone aprovechó para hacer goles. El Atlético giró alrededor de la columna Godín- Miranda en defensa, Mario Suárez en el centro del campo, Diego entre líneas y Falcao arriba. Godían y Miranda desactivaron por completo a Llorente, el uruguayo se enfrentó a él individualmente y el brasileño le hizo las coberturas. Mario Suárez junto a Gabi propiciaron la mayoría de pérdidas del Athletic, el ex del Zaragoza más liberado y el ex del Mallorca manteniendo la posición. Mario era el encargado de montar las contras buscando a Diego para que pusiera la magia entre líneas. El brasileño optaba bien por asistir a Falcao, bien por abrir a banda, impecable durante todo el encuentro. Y arriba estaba Falcao dominador claro del área del Athletic, se hacía lo que él quería, tanto si decidía aguantar como desbordar, tanto si decidía lanzar a puerta como asistir, fue el hombre de la final. A los seis minutos abrió la lata con un disparo dentro del área que entró por toda la escuadra. A los 34 hizo el segundo después de una jugada espectacular en la que rompió a Aurtenetxe con un par de recortes de espaldas a portería.
La segunda parte comenzó con un doble cambio de Bielsa demostrando su disconformidad con el primer tiempo realizado por su equipo. Íñigo Pérez e Ibai Gómez entraron en lugar de Iturraspe y Aurtenetxe respectivamente por lo que el primero pasó a jugar como pivote y el segundo como extremo izquierdo, situando a Muniain como interior en el trivote y a De Marcos como lateral izquierdo. Esta vez sí el Athletic pudo comenzar la salida de balón por dentro. Íñigo Pérez era el encargado de realizarla. Se situó, el igual que Iturraspe, entre Falcao y Diego, sin bajar a recibir entre centrales, pero aprovechó el punto de intensidad en defensa que disminuyó el cuadro madrileño para recibir y asistir. Lo que a priori debería ser una buena noticia para los bilbaínos fue su final en el encuentro. Íñigo comenzó a dar pases bastante descompensados, pasó de filtrar un pase milimétrico entre líneas a buscar un cambio de juego al extremo, sin que estuviera en posición ventajosa. Esto provocó numerosas imprecisiones y pérdidas de balón que lastraron las pocas opciones que tenía el Athletic de seguir vivo en la final. Ante este contexto, en el minuto 63, Bielsa optó por dar entrada a Toquero en lugar de un Ander Herrera que no había aparecido en la segunda parte en la creación del juego. El Athletic pasó a jugar con Íñigo y Muniain como doble pivote, Susaeta e Ibai por bandas y Toquero por detrás de Llorente buscando alguna recuperación en la salida de balón del Atlético. A partir de este momento el juego directo del Athletic se acentuó todavía más, buscando un gol rápido a la desesperada que les diera opciones de empatar el encuentro. Muniain e Ibai Gómez cogieron el timón del equipo. El primero dio la chispa que le faltaba al Athletic, pero jugó demasiado acelerado, eligiendo desacertadas decisiones y buscando resolver él solo por medio de acciones individuales. El segundo lo hizo mejor. Aprovechó el desgaste de la defensa atlética para desbordar por la banda buscando bien una profundización para centrar o bien una diagonal hacia adentro para disparar él mismo. El Athletic comenzó a disponer de numerosas ocasiones pero bien Courtois y el desacierto de cara a puerta evitaron un gol que abriría el encuentro. Susaeta, Muniain e Ibai Gómez dispusieron de las mejores ocasiones pero no lograron el esperado gol. En el otro lado estaba el Atlético cada vez mejor situado y con mayores ocasiones de gol a la contra. Falcao avisó con un disparo al palo y Diego remató al cuadro de Bielsa en el minuto 85 después de una buena jugada individual. A partir de aquí el encuentro se acabó y la desilusión se empezó a apoderar del equipo bilbaíno a la vez que crecía la fiesta en el madrileño que se veía como campeón. Simeone realizó los cambios a partir del gol dando entrada a Salvio, Koke y Domínguez en lugar de Adrián, Diego y Arda Turan respectivamente. Justo después del último cambio el árbitro señaló el final y comenzó la fiesta del Atlético.
Con esta derrota el Athletic finaliza una Europa League de en sueño llegando a ganar a rivales de la talla del Manchester United, Schalke 04 o Sporting Lisboa con un fútbol vistoso siendo superior en la mayor parte de los momentos. El mayor reto para ellos es conseguir mantener el bloque ante los rumores de posibles marchas de Javi Martínez, Muniain o Llorente entre otros. Si lo consiguen la temporada que viene volverán con ilusiones renovadas buscando esta vez sí el título.
El Atlético, por su parte, repite triunfo en la Europa League después de una temporada con numerosos altibajos y cambio de entrenador. De hecho esta competición ha sido la anestesia para el equipo, ya que han logrado victorias en campos complicados como el Olímpico de Roma, el Inonu Stadyumu, el Hannover Arena o Mestalla, a lo que hay que añadir que tan solo ha sumado una derrota en toda la competición, en el Friuli ante Udiniese, en la fase de grupos. Mantener el bloque ante la posible vuelta de Diego al Wolfsburgo y los rumores de marcha de Falcao debe ser también su principal objetivo para volver a brillar en la próxima Europa League o en una Champions a la que todavía tiene opciones de llegar.
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