Todo quedó igual que comenzó. Barcelona y Real Madrid volvieron a verse las caras en un encuentro que podía dejar la liga muy encarrilada para los azulgranas. Los once puntos se presumían como una diferencia bastante grande para ser remontada. Después de noventa minutos frenéticos en los que ambos equipos demostraron ser los dos más grandes de Europa el Madrid consiguió salir un año más vivo del Camp Nou y, lo que es más importante, con opciones de lograr el título liguero.
Vilanova salió con su habitual 4-3-3 en el que la principal novedad fue le entrada de Adriano en la zaga dejando a Song en el banquillo. Iniesta también actuó como titular dejando en el banquillo a Alexis Sánchez. Mourinho, por su parte, salió con el habitual 4-2-3-1 de la pasada temporada volviendo a apostar por Ozil en la mediapunta. Desde el principio se pudieron apreciar las intenciones de cada equipo. El Barcelona como es habitual quería ser el dominador del balón intentando llegar al área de Casillas a base de combinaciones por dentro. El Madrid buscaba presionar la salida de balón con Ozil, Benzema y Ronaldo situando la línea del centro del campo muy adelantada para recuperar balones y salir a la contra.Varios son los aspectos que se pueden destacar de un primer tiempo en el que a pesar del empate el Madrid salió vencedor moral.
La defensa adelantada del Madrid fue el punto a partir del que se comenzó a generar la superioridad en la primera parte. Comienza a ser habitual en los enfrentamientos de Mourinho ante el Barcelona presentar esta presión tan adelantada. El Barcelona salía con Xavi y Busquets en la base de la jugada, dejando en campo contrario más adelantados a Iniesta y Fábregas. Cristiano Ronaldo, Ozil y Benzema eran los encargados de comenzar una presión muy agresiva y arriesgada ante los espacios que dejaba la defensa a su espalda, como podemos ver en la imagen. Ozil o Benzema se tiraban sobre Xavi cuando recibía en su campo, mientras que el otro cerraba el pase a Busquets. Ronaldo se encargó de cerrar la posible salida de Alves por banda. Khedira y Alonso adelantaron muchos metros su posición llegando a hacer en ocasiones dos contra uno a Xavi para impedirle conectar con los hombres más adelantados. Muchas jugadas morían en esta zona y las que no, llegaban a Pedro o Jordi Alba por medio de balones largos complicados de controlar.
El Barcelona planteó un sistema ofensivo a medio camino entre lo mostrado por Vilanova en los primeros partidos de temporada y lo mostrado por Guardiola en anteriores temporadas. La recuperación de Iniesta planteó una disyuntiva importante a Vilanova: dejar fuera a Fábregas o eliminar a un extremo. Optó por la segunda opción dejando en el banquillo a Alexis Sánchez. La importancia que Xavi está teniendo en la salida de balón esta temporada continuó plasmándose en el campo, siendo el primero en recibir por el centro, mientras Busquets a su altura se desplazaba hacia la derecha. La entrada de Iniesta partiendo desde la banda izquierda para acabar en el centro acababa con una de las máximas de Vilanova este año: abrir el campo. La banda derecha sí fue profundizada por Pedro, pero la izquierda se quedó desierta por momentos ante lo arriesgado que suponía las constantes subidas de Jordi Alba. Con un Xavi menos llegador que la temporada pasada Iniesta asumía el rol de líder en la mediapunta teniendo en Fábregas y Messi como escuderos perfectos para encontrar profundidad. Messi, como frente al Benfica, bajó mucho a recibir buscando que le siguieran los centrales y madridistas y que Fábregas o Iniesta pudieran aprovechar el espacio libre. Ni Ramos ni Pepe picaron y no siguieron a Messi en estas bajadas. Solo adelantaban la posición para presionar el uno contra uno que en pocas ocasiones pudo plantearle el Barcelona por dentro. Pedro intentó tirar del equipo en los peores momentos pero echó en falta alguna subida de Alves para generar superioridad.
Lo que propició la entrada de Iniesta en banda izquierda supuso un gran trabajo para el sector derecho madridista que tuvo que multiplicarse para no dejar solo en ningún momento al manchego. Arbeloa defendió a Iniesta individualmente durante gran parte del primer tiempo teniendo que hacer continuas diagonales hacia adentro para seguirle. Ante estas salidas de posición Di María tuvo que sacrificarse en defensa para cerrar una banda izquierda que pudo ser aprovechada mejor aprovechada. Por esta razón de los cuatro atacantes madridistas el argentino no presionó la salida de balón azulgrana. Las conducciones hacia adentro de Iniesta dejaban todo el lateral libre para que profundizara un Jordi Alba que tenía enfrente a Di María. Las pocas caídas al costado de Fábregas le impedían subir en exceso ante el riesgo que acarreaba. En un primer tiempo en el que el Barcelona levantó muchas dudas pudo irse al descanso con empate gracias a un gol de Messi después de una jugada con muchos rechaces en el área. A partir de este gol el Barcelona se encontró más cómodo y llegó a terminar la primera parte siendo ligeramente superior al Real Madrid, aunque la superioridad blanca durante el primer tiempo fue clara.
La segunda parte comenzó con un Barcelona dominante del balón, comenzando a crear juego en campo contrario, algo que no ocurría en la primera parte. Iniesta centró su posición para entrar más en juego, combinando con Xavi y con Messi. Fábregas pasó más inadvertido al tener que actuar en la banda. Aunque el problema de la salida de balón se había solucionado con la bajada de la línea defensiva madridista el centro del campo continuaba siendo un escollo complicado de superar. Ozil comenzaba la presión y la acompañaba hasta el final de la jugada, llegando en ocasiones a defender al borde del área. Alonso y Khedira continuaron ejerciendo en defensa a la perfección, con el alemán saliendo a las recepciones de Iniesta y el español a las de Xavi. Las pocas apariciones de Fábregas desde la banda izquierda favorecieron el trabajo de un Arbeloa que abandonó menos su posición que en la primera parte. El rol de los cuatro hombres del centro del campo azulgrana estaba claramente definido. Busquets actuaba como jugador más retrasado de todos, mientras que Xavi comenzaba atrás, pero acababa a la altura de Messi e Iniesta, aunque en pocas ocasiones llegó a la frontal del área. Por delante Iniesta y Messi eran los encargados de avanzar metros por medio de conducciones individuales y de asociaciones. A los 61 minutos Messi aprovechó una falta cerca del área para poner al Barcelona por delante en el marcador. El Madrid, que hasta entonces se había limitado a la salida en largo sobre Di María y Ronaldo, tuvo que asumir mayores responsabilidades en ataque. Higuaín entró en lugar de Benzema, mientras que Alexis Sánchez ocupó el puesto de un Fábregas desplazado de su posición. Poco tardó el equipo blanco en empatar el encuentro y es que un pase de Ozil a la espalda de la defensa fue aprovechado por Ronaldo para anotar el 2-2 definitivo. Desde aquí hasta el final el partido bajó un punto su nivel de intensidad y es que a pesar de que el Barça fuera dominador del encuentro las ocasiones no llegaron. Montoya dispuso de la más clara a poco del final con un disparo que se marchó al larguero. Mourinho agotó sus cambios dando entrada a Kaká y a Essien en lugar de Ozil y de Di María respectivamente. El Madrid acabó jugando con un 4-3-3 en el que Essien y Khedira actuaron como interiores por delante de Alonso y Kaká participó en la banda derecha. Vilanova se conformó con los que estaban en el campo y no agotó los cambios.
Con este empate la lucha entre Barcelona y Real Madrid continua con la diferencia inicial de ocho puntos. El Barcelona es líder empatado a puntos con el Atlético Madrid, mientras que el Real Madrid es quinto a un punto de Champions League.
La segunda parte comenzó con un Barcelona dominante del balón, comenzando a crear juego en campo contrario, algo que no ocurría en la primera parte. Iniesta centró su posición para entrar más en juego, combinando con Xavi y con Messi. Fábregas pasó más inadvertido al tener que actuar en la banda. Aunque el problema de la salida de balón se había solucionado con la bajada de la línea defensiva madridista el centro del campo continuaba siendo un escollo complicado de superar. Ozil comenzaba la presión y la acompañaba hasta el final de la jugada, llegando en ocasiones a defender al borde del área. Alonso y Khedira continuaron ejerciendo en defensa a la perfección, con el alemán saliendo a las recepciones de Iniesta y el español a las de Xavi. Las pocas apariciones de Fábregas desde la banda izquierda favorecieron el trabajo de un Arbeloa que abandonó menos su posición que en la primera parte. El rol de los cuatro hombres del centro del campo azulgrana estaba claramente definido. Busquets actuaba como jugador más retrasado de todos, mientras que Xavi comenzaba atrás, pero acababa a la altura de Messi e Iniesta, aunque en pocas ocasiones llegó a la frontal del área. Por delante Iniesta y Messi eran los encargados de avanzar metros por medio de conducciones individuales y de asociaciones. A los 61 minutos Messi aprovechó una falta cerca del área para poner al Barcelona por delante en el marcador. El Madrid, que hasta entonces se había limitado a la salida en largo sobre Di María y Ronaldo, tuvo que asumir mayores responsabilidades en ataque. Higuaín entró en lugar de Benzema, mientras que Alexis Sánchez ocupó el puesto de un Fábregas desplazado de su posición. Poco tardó el equipo blanco en empatar el encuentro y es que un pase de Ozil a la espalda de la defensa fue aprovechado por Ronaldo para anotar el 2-2 definitivo. Desde aquí hasta el final el partido bajó un punto su nivel de intensidad y es que a pesar de que el Barça fuera dominador del encuentro las ocasiones no llegaron. Montoya dispuso de la más clara a poco del final con un disparo que se marchó al larguero. Mourinho agotó sus cambios dando entrada a Kaká y a Essien en lugar de Ozil y de Di María respectivamente. El Madrid acabó jugando con un 4-3-3 en el que Essien y Khedira actuaron como interiores por delante de Alonso y Kaká participó en la banda derecha. Vilanova se conformó con los que estaban en el campo y no agotó los cambios.
Con este empate la lucha entre Barcelona y Real Madrid continua con la diferencia inicial de ocho puntos. El Barcelona es líder empatado a puntos con el Atlético Madrid, mientras que el Real Madrid es quinto a un punto de Champions League.
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